sábado, diciembre 11, 2004

Ciberpunk: literatura, política y tecnología

El origen

El inicio de este movimiento ha sido tan particular que quizás resulte más interesante para unos cuantos estudiosos de subgéneros literarios en las universidades norteamericanas o para algún excéntrico antropólogo interesado en la etnografía de comunidades virtuales.

Aunque el ciberpunk se conoce como una corriente estética o un género literario, su formación como grupo cultural en la sociedad española se produjo a partir de la relación entre lectores y realizadores del ezine Ciberpunk.com (hoy continuado en Ciberpunk.net y convertido en sistema de noticias en red).

Este e-zine fue creado en 1989 por iniciativa de un joven español llamado David de Ugarte, quien por entonces residía en Berlín. De Ugarte decidió compartir, a través de un medio escrito, las reflexiones que venían a su cabeza con la caída del muro, contrastadas con la oscura visión del futuro que anticipaba la lectura de William Gibson, Bruce Sterling y Neal Stephenson (escritores norteamericanos de ciencia ficción). Poco después, al popularizarse Internet, su publicación terminaría convocando a otros aficionados a este género en diversas partes del mundo y motivando la aparición de redes de solidaridad con sus ideas, especialmente en España.

De Ugarte rememora en las siguientes palabras lo que significó esa etapa para el movimiento ciberpunk de España:

"1989, en los días de la caída del Muro, Berlín es el centro del mundo. Un gran sumidero por que el que desaparecerán bajo los cascotes 40 años de Guerra Fría, símbolos y miseria. A poca distancia del Muro, en las zonas alternativas de aquel cogollito bullente, teníamos nuestra primera conexión a Internet. Disfrutábamos por primera vez la sensación de las redes, esa nueva libertad que convertía en real aquellos juegos de rol de los que éramos practicantes habituales. Redes de personas, (los ordenadores en Internet son herramientas no sujetos), que no respetaban aquellas rígidas fronteras físicas, ideológicas y sociales que a pocos metros de nosotros caían a pedazos. Ninguna ideología tradicional había predicho aquello, nada lo explicaba. Había que vaciar la biblioteca y comenzar de cero.

Buscar nuevos referentes que valieran en cualquier parte del mundo, que reconocieran sus propias limitaciones para entenderlo. Lo único entonces, que se acercaba siquiera a retratar el nuevo mundo que se estaba formando era una nueva literatura que venía del otro lado del Atlántico: el ciberpunk. Ciencia ficción que retrataba aquel mundo a medio cocer que se formaba ante nuestros ojos y en el que el futuro, los futuros en los que nos habían educado la mirada, desde el socialismo a la guerra nuclear quedaban atrás como trastos viejos"

El ciberpunk se define desde entonces como un grupo que sigue y le rinde culto a una corriente estética, pero también como un colectivo político que adopta algunas ideas propias de la ideología libertaria individualista de la vertiente norteamericana, como lo demuestra su abierta oposición a la perdida de privacidad y a la violación de los derechos ciudadanos en la red. De esos delitos acusan a los grandes poderes del mundo, porque son ellos quienes hacen un control social a través de las nuevas tecnologías. Para los ciberpunk toda arquitectura informacional es sospechosa de ocultar una estructura de poder.

De ahí que durante los primeros años de la década de los noventa la principal bandera del movimiento ciberpunk, en diferentes lugares del mundo, haya sido la defensa del hacking y la criptografía como forma de contrarrestar la concentración de información por parte de los grandes grupos de poder, como lo expresara un articulista de la época: “Como a prometeo, la gran capacidad de recursos de los Cyberpunk les permite “navegar” por el ciberespacio, por las grandes redes de comunicaciones y acceder a los bancos de datos de las multinacionales de la información, la NASA, o las grandes universidades y centros de investigación”

Estas dos prácticas, hacking y la criptografía, son vistas como complementarias en la búsqueda de una democratización de la información digital: “si el hacking busca liberar la información (¡¡La información quiere ser libre!!) como forma de minar el poder de su concentración por parte de los grandes grupos de poder, el cifrado y la criptografía protegen al individuo de estos mismos poderes en su intento de violar la intimidad para aumentar su poder de control social”, afirman los Ciberpunk españoles en uno de sus manifiestos.

Con el software libre aparece una nueva forma de lucha en la batalla de la información que los ciberpunk libran en la red: una información que no necesitaba ser liberada sino que quería ser libre, y puede serlo a través de la licencia que le permiten sus creadores. Linux abre la posibilidad de crear un espacio virtual a salvo de los mega poderes de la información; la máxima utopía del ciberpunk: "El descubrimiento de la potencia social y económica del software libre nos llevará a una reflexión más profunda: El mundo tiende a organizarse cada vez más al modo de una comunidad de software libre y existe una razón económica profunda para ello: al tener cada día más valor en la producción global los componentes científicos y creativos, la organización de esa producción tiende hacia las formas propias del trabajo académico y artístico, la Academia y la República de las letras (...)", dice De Ugarte en las memorias del grupo.

El origen literario de los ciberpunk vuelve en ese momento a ser definitivo para comprender el por qué los rebeldes son vistos como héroes y sus poderosos enemigos como villanos de una gesta alegórica que representa el orden social: "Siguiendo un guión que bien podría ser de Gibson o Sterling, la parte central de esas guerras se han dado en un territorio virtual: el ciberespacio, que en su propia estructura representa el ideal de vida cooperativa y libre de la nueva tribu emergente: los netócratas", continúan diciendo.

Los netócratas, clase superior en la sociedad de la información, representan un ideal de vida para los ciberpunk. Haciendo un ejercicio de ficción política, el nuevo orden social basado en el control de la información podrían describirlo como sigue: desde el más alto bastión de la libertad, la Internet, se crearán las bases para un nuevo mundo de individuos con el acceso a la información, valor absoluto de este mercado virtual, capaces de utilizar las herramientas tecnológicas para debilitar las bases económicos morales y políticas que han sustentado al capitalismo monopolista. Quienes no acierten a entender la importancia de estas nuevas formas de acceder al conocimiento y existir como habitantes de las redes de la información, estarán destinados a la pasividad y conformismo del consumo de toda oferta proveniente de los mega poderes de la información; imperio dominante de la era digital.

Esta visión del futuro, que bien podría ser argumento de ficción científica para la literatura o el cine, se convierte en representación arquetípica de un mundo posible (nada más común a la ficción política que la lucha entre dos bandos por el poder), en el que los valores dominantes en la actualidad se extreman hasta el punto de crear una realidad aún más decadente, contraría al ideal de comunidad que prometen las nuevas tecnologías.

Gracias al valor estético que le aportan los mundos de ficción, el sentido crítico de estas construcciones narrativas de anticipación se hace aún más agudo, como lo afirman los ciberpunk en otro parte de su manifiesto: "El ciberpunk imagina el lado oscuro de las nuevas tecnologías y es profundamente pesimista sobre sus posibilidades de control social. En el fondo de muchas de las historias, estados totalitarizantes, grandes corporaciones, las mafias internacionales o demagogos varios, configuran un panorama caótico y opresivo que utiliza las nuevas tecnologías informáticas y médicas para consolidar su poder. Sobre este fondo unos personajes escépticos y ambiguos, en la mejor tradición del cine negro y las novelas de Philip K. Dick (autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) intentan sobrevivir viéndose obligados a enfrentarse de algún modo al sistema o sus dominadores" (sic)


Tiempo después

A partir de 1999 la influencia de un economista de nombre Juan Urrutia será decisiva para la evolución ideológica del grupo ciberpunk de España. El concepto romántico de libertad que vinculaba al individuo y la comunidad a un espacio geográfico concreto, es transformado por otro en el que se reconocen las nuevas formas de relacionarse entre participantes en las redes virtuales: cada individuo es uno y muchos simultáneamente, en una suerte de ubicuidad que le permite tener tantas identidades como facetas de socialización. Un buen ejemplo lo ofrece la poli-identidad de David de Ugarte, el fundador del grupo, quien en una página web alcanza a poner en entredicho su propia existencia real, apoyado en informaciones incongruentes sobre sus actividades sociales en la red.

Con base en este modelo de “ubicuidad” el grupo ciberpunk comienza a desarrollar acciones en el mundo real tendientes a proyectar sus conquistas libertarias del mundo virtual. Comienzan un trabajo de organización de redes, intercambios de ideas y debates públicos en escenarios reales y virtuales, difusión de documentos y publicaciones, gestión de proyectos en ambos mundos, y cooperación para la realización de propuestas entre los participantes.

Estas iniciativas han tenido despliegue en los diferentes medios de integración del grupo (desde la revista literaria, fundaciones, pasando por un diario digital, foros de discusión, nodos de red, centro de documentación, hasta blogs personales) y todas apuntan hacia una misma finalidad: lograr que la sociedad de la información sea un espacio en el que la tecnología no sea un bien más, una propiedad privada.

Su compromiso con la defensa de los derechos civiles en la red los ha llevado incluso a fomentar campañas de control ciudadano sobre las instituciones con responsabilidad en la extensión de la sociedad red y su cohesión social: " Un ejemplo de este tipo de iniciativas sería la campaña que en su día protagonizaron los ciberpunks contra el intento de cierre de los cibercafés madrileños por el gobierno autónomo, siguiendo la estela de La Rioja, comunidad donde ya no quedan cibercafés y que es la única en descender en número de usuarios en Internet ", afirman.

La presencia de este grupo ha sido tan múltiple y diversa en formas de intervención y medios tecnológicos utilizados que, en uno de los proyectos más recientemente realizados, están desarrollan minicuentos, relatos y novelas por entrega para ser distribuidos exclusivamente a través de telefonía celular en movimiento. El diario ABC de España lo presentó como novedad tecnológica en los siguientes términos: "Un ciberespacio llamado «Ciberpunk» (imode.ciberpunk.com) ofrece relatos, novelas y microcuentos escritos exclusivamente para teléfonos móviles por premios nacionales de narrativa como Suso de Toro, profesores universitarios y economistas como David de Ugarte, lingüistas como Javier Lorente, y filósofos como Íñigo Medina"

A partir de 2002 el grupo se legalizó al convertirse en la asociación Ciberpunk.org. Una novedosa experiencia de organización “pluriárquica”, como ellos mismos la denominan: "Los socios se comunican entre sí a través del "núcleo", un foro electrónico que mantiene abierta una suerte de asamblea permanente en la que los socios lanzan y discuten propuestas.

La mayoría de ellas no se votan: el que las propone las realiza con los apoyos que obtiene y accede a los fondos comunes en consecuencia. También hacemos como mínimo una Asamblea al año en el que se materializa el trabajo literario en un documento que resume nuestra trayectoria teórica y define la identidad común de la red, "reseteando" el listado de socios potenciales: aquellas personas, socios o no, que han escrito regularmente en nuestras publicaciones o impulsado proyectos amparados por la asociación. De ese modo, la inactividad genera la baja igual que la actividad permite el alta casi automáticamente. Los ciberpunks se unen o se separan de la red sin tener que dar explicaciones", explican en el sitio de la organización.

En conclusión

Para los ciberpunk sólo cuando haya una reorientación de la función social de las TIC (si llegara a haberla) podría hablarse de ellas como un instrumento capaz de reducir la brecha social existentes entre países ricos y países pobres. En este principio se fundamenta toda su lucha, es el que los motiva a utilizar todas las herramientas tecnológicas disponibles en aumento de sus capacidades, para enfrentar la amenaza de un control total de la información y de los individuos a través de esas mismas tecnologías. Por eso sus acciones de rebelión y protesta son expresión de una contracultura en abierta oposición a la utilización que hasta ahora el mundo ha hecho de las TIC, como lo demuestran algunas evidencias de misma red:

La mundialización de las tecnologías de la información y la comunicación ha excluido a grandes sectores de la población que no cuentan con los recursos para adquirirlas.

El común de los ciudadanos ha presenciado impasible cómo los países pobres se han tecnificado más lentamente, mientras los países ricos han conseguido todavía más altos niveles de desarrollo social, gracias a que la utilización de nuevas tecnologías los ha beneficiado con un rápido crecimiento económico.

Las grandes compañías de la información y la comunicación han visto en esta “brecha digital” una oportunidad de negocio y han expandido su oferta tecnológica a los países menos desarrollados; éstos, a través de sus gobiernos, creyeron encontraron en la adquisición de tecnologías una oportunidad para el desarrollo social, desconociendo que mientras sean propiedad privada las TIC sólo serían un instrumento más para acrecentar las arcas de los magnates de la informática.

Por lo pronto, lo único que se sabe es que compañías como Microsoft, Apple, Intell y todos los demás jugadores del mercado del info-entretenimiento han estado trabajando fuerte para crear nuevas necesidades de consumo entre los usuarios de los computadores y la internet, mientras algunos grupos de resistencia minoritaria intentan, atrincherados en la misma red, librar la batalla por la democratización de las TIC, para que éstas se conviertan en una oportunidad para el cambio y la reorganización de la sociedad.

Es posible que los ciberpunk españoles le hayan dado credibilidad a todas estas versiones que circulan entre usuarios de la red de redes. Ellos, como buenos aficionados a los mundos de ficción, han encontrado en la web una representación de las desigualdades entre ricos y pobres, algo que en estos tiempos de triunfalismo neoliberalista puede ser tomado como una “leyenda urbana”; otra más de esas que preservan en formol los nostálgicos de las revoluciones, los igualitaristas, y toda suerte de defensores de especies en vía de extinción.

Los ciberpunk no cuentan con el protagonismo político de los grupos antiglobalización, capaces de ponerle los pelos de punta a las potencias y de arrastrar el inconformismo de adolescentes del primer mundo contra la repugnante figura de Ronald Mcdonalds; tampoco tienen la ubicuidad de los ecologistas para impedir el avance del barco a la deriva de la historia y evitar que en su carrera de destrucción acabe con toda forma de vida; mucho menos han querido emular a los defensores de derechos humanos en su estoicismo y confianza en el sueño de la razón moderna defendiendo las tablas de la ley del hombre.

Ellos sólo han hecho alarde de un “espiritualismo” que los ha llevado, según afirman a “la valoración de las ideas por sí mismas y el reforzamiento del papel de nuestros textos y relatos como origen y reflejo de mitos colectivos. La idea es algo así como: no queremos poder, no queremos ser los que construyan la materialización de esas ideas que están en el aire, queremos influir en las ideas, construir nuestro trocito del nuevo imaginario colectivo... y que cada cual, por si mismo, interprete, malee y moldee sus propios ensayos. Una concepción muy alejada de la lógica piramidal de lo político y sus estructuras de mando, pero a fin de cuentas muy lógico para un grupo que nunca ha dejado de ser un grupo literario”.

Documento “Larnaka”, ponencia identidad para la Asamblea Ciberpunk 2005.Una aproximación al movimiento ciberpunk en España. Archivo PDF en http://www.ciberpunk.org/

Mayo, José A. “La contracultura digital”. Revista: El viejo topo, No 72. Barcelona, Febrero de 1994.


miércoles, diciembre 01, 2004

El rol periodistico en la era digital

1. ¿Y QUIÉN DESENREDA LA MARAÑA DE LA INFORMACIÓN?

En momentos en los que se discute sobre el futuro de los medios frente al avance de las nuevas tecnologías, especialmente de aquellos que tuvieron un mayor desarrollo en la era industrial, periódicos, radio, televisión, se hace urgente para los periodistas y demás profesionales de la comunicación replantear también su rol en relación con los grandes flujos de información circulante por la red de redes.

La expansión de las nuevas tecnologías y su abrumadora producción de información ha hecho evidente la necesidad de mediadores capaces de servir de “filtro” en los procesos de comunicación que se están gestando, especialmente a través de la Internet. Surge entonces la pregunta ¿Tienen los profesionales de la web la preparación y los conocimientos adecuados para el manejo de contenidos? ¿La tienen frente a la responsabilidad de creación de la opinión publica, función que por compromiso ético debe orientarse desde los medios? ¿Tendrán la responsabilidad de profundizar, analizar y contextualizar los hechos noticiosos que interesan a una comunidad? ¿Tendrán la capacidad de narrar historias que se conviertan en el testimonio posterior de una época?; en últimas, ¿están preparados para ejercer las función de comunicadores en la red?

La mayor parte de los grandes medios ha salido en defensa de su posición frente a la arremetida de la Internet (no en vano eran considerados hasta hace muy poco el cuarto poder), y han querido adaptarse a los requerimientos de las nuevas tecnologías abriendo canales de publicación en el espacio virtual; pero también en ellos se ha seguido considerando al periodista como un simple “informador”, a la par que aumenta cada día la posibilidad de que cualquier individuo con un mínimo de conocimiento tecnológico haga su trabajo1.

Baste recordar como ejemplo el registro informativo obtenido por aficionados cuando la caída de las torres gemelas, la explosión del transbordador Columbia o el bombardeo sobre Irak, todos estos casos en que la primicia noticiosa no estuvo en manos de periodistas, como posiblemente tampoco lo estuvieron las repercusiones y las implicaciones que estos hechos representaron en la opinión pública para unos medios que tienden a valorar la noticia exclusivamente en su inmediatez y rentabilidad2.

Los medios de prensa deben ser los primeros en entender que para sobrevivir en la red tienen que adaptarse a las nuevas funciones que demanda el estar en un escenario múltiple de producción y consumo de información, en el que se produce una interactividad con el usuario. Ya lo presagiaba Anthony Smith en su libro Goodbye Gutenberg cuando afirmaba que "las nuevas tendencias de la sociedad informatizada obligarán a grandes esfuerzos de reestructuración en el trabajo y en los métodos de organización de los medios de comunicación periodística, y quien no sepa estar a la altura de las nuevas circunstancias no hará de verdad algo que merezca ser llamado periodismo"3.

Es posible que la convergencia multimedia haga desaparecer en pocos años el periódico, la radio o la televisión como hoy en día los conocemos para convertirlos en formatos híbridos, pero ese hecho no puede suponer la desaparición misma del periodismo. Por el contrario, debe significar un cambio de perfil profesional que se adapte a los nuevos formatos y genere nuevas competencias comunicativas en los periodistas.

La verdadera amenaza para el rol periodístico no se encuentra en esas transformaciones mediáticas, se encuentra en el auge y la importancia que en éstos nuevos formatos se le está dando a la comunicación de datos, llegando incluso a darle el mismo tratamiento de la información periodística. Existen todavía diferencias notables entre el periodismo y la transmisión de bases y bancos de datos que deben tenerse en cuenta para la definición y el posicionamiento de los periodistas en su rol activo como dinamizadores de la comunicación en la red. Los periodistas deben pasar de ser instrumento de la transmisión de información a sujetos conscientes de la “metamorfosis comunicativa” que están presenciando, así como de la responsabilidad social en la construcción de conocimiento y opinión publica a partir de la orientación que hacen de la información4.

2. INFORMACIÓN VERSUS COMUNICACION

La identidad del periodista en la red debe partir de dos aspectos básicos en su diferenciación de los sistemas de información en línea. El primero tiene relación con la finalidad que persigue en cuanto a forma de comunicación, el segundo surge de la caracterización de un lenguaje particular del periodismo, constituido a través de su historia como actividad social.

Para el primer aspecto, tomemos en préstamo algunas ideas de José Luis Martínez Albertos expuestas en su ensayo “Crisis en los lenguajes de la comunicación periodística”. En él se estudia la forma en que los mecanismos electrónicos de comunicación de datos amenazan con desplazar a la comunicación periodística de su función de transmisión y recepción de mensajes. Este hecho, dice el autor, ocasionaría la desaparición del relato y el comentario sobre los acontecimientos de la realidad, lo que sólo podría evitarse mediante un tratamiento estilístico similar al que se venía realizando en la “imperfecta” comunicación literaria que dio origen al periodismo. Si el periodismo luchó por conseguir su autonomía del lenguaje literario, dice Martínez, ahora encuentra en una vuelta a éste y al tratamiento estilístico de los textos la única posibilidad de refrenar el influjo de la comunicación de datos.

La primera diferencia entre la comunicación periodista y la comunicación de datos está en la “escasa posibilidad de editing” que tiene la transmisión de datos. Con esto se refiere a las operaciones destinadas a lograr una composición ideológica o plástica mediante la manipulación de mensajes. Esta posibilidad aumenta aún más en la era digital con la personalización de contenidos. Tanto los mensajes de interés para el usuario como el tratamiento particular que un autor pueda hacer de la información comienzan a cobrar importancia5.

El segundo aspecto a diferenciar es la “velocidad lenta en el flujo informativo” que requiere la comunicación periodística. Mientras que la transmisión de datos es inmediata y supone prácticamente la desaparición de información flotante en el canal de comunicación, la información periodística puede permitirse el tiempo para una aproximación interpretativa frente a estos datos. Aunque hoy sea posible la transmisión de información en tiempo real, la competencia de los medios por alcanzar la primicia puede llevar, una vez más, a la confusión y a la desinformación, a menos que haya tiempo para la verificación de las fuentes y la asimilación de las repercusiones que puede ocasionar el hacer pública una noticia6.

Por último, Martínez señala como rasgo diferencial el tratamiento particular que hace del lenguaje el comunicador periodístico: "Frente al lenguaje lógico y casi matemático con el que se da forma a los datos de los sistemas “on-line”, el mensaje periodístico se nos aparece cada vez más contaminado por las radiaciones subjetivas de la interpretación personal de los codificadores, al mismo tiempo que los textos son sometidos a un tratamiento cada vez más próximo a la mentalidad creadora del comunicador literario"7. Este aspecto que considera más un atributo negativo del periodismo se vuelve importante en la diferenciación del rol periodístico actual, puesto que de su definición depende que la comunicación periodística pueda darle forma a “unos contenidos, un lenguaje, una sintaxis y una estética propias”; aspectos que permitirían diferenciarlo de cualquier otro mensaje informativo.

3. LENGUAJE DE UN NUEVO MILENIO

"La prensa escrita, que invierte fortunas en estar al día con las aceleradas mudanzas de la cibernética y de la técnica, presta mucho menos atención, me parece, a las más sutiles e igualmente aceleradas mudanzas que prefiere su lector".
Tomas Eloy Martínez.

La mayor virtud que hasta el momento se la ha señalado a la Red es su posibilidad de democratizar la comunicación, permitiendo canales alternativos para la producción, circulación, intercambio y actualización de mensajes desde cualquier lugar y en cualquier momento. Desde su aparición, Internet se ha caracterizado por la convergencia de diferentes medios (multimedia), la ruptura de la linealidad (hipertexto), la desaparición de rutas prefijadas en el tráfico de información (www), la elasticidad de la sincronía en la comunicación (Correo, Grupos, Chat, Navegación) y la Interacción8. En ese contexto, plantear modelos homogéneos que hagan uniforme la información parece contrario no sólo a las condiciones mismas que determina el medio, si no también a las necesidades amplias de la comunicación humana.

En esa medida, la preocupación excesiva del lenguaje periodístico por la objetividad informativa y su menosprecio hacia toda forma particular de subjetivismo ha llevado al extremo de desconocer la importancia que pueden tener muchos de esos recursos en una comunicación cada vez más abierta, en la que el lector-usuario busca la particularidad (personalización), es autónomo en la elección de sus propios temarios (weblogs), e interactúa e investiga en función de sus necesidades de comunicación.

El lenguaje de la información, de la interpretación, del comentario vuelven a tener vigencia en la comunicación periodística, precisamente porque los mensajes de obsesivo rigor semántico han terminado por parecerse e incluso han sido absorbidos por la comunicación automática de datos9. Frente a este hecho, bien valdría la pena considerar cuáles deben ser las características del lenguaje periodístico para lograr una comunicación efectiva en la era digital.

Como un aporte a esa definición, quisiera recordar las “seis propuestas para el proximo milenio” de Italo Calvino, un ensayo en el que se rescatan valores, cualidades o especificidades de la comunicación literaria que quizás puedan seguir teniendo vigencia en esta nueva etapa de la historia.

La primera de ellas es la Levedad, que Calvino define como “quitar peso a la estructura del relato y del lenguaje”. Para hacer una comparación, digamos que la información se presenta en la red con la forma de un exceso de datos, mezclados de manera desordenada, arbitraria; si esa información es real, ¿cuál puede ser nuestra percepción de esa realidad? No encontraríamos más que la saturación de hechos, el peso mismo de la realidad, y eso generaría confusión e incertidumbre. No sabríamos cómo entender la realidad. La labor del periodista es entonces la de hacer “leve” esa realidad mediante la forma en que nos presenta los hechos. Pero es un lugar común que no debe confundirse la levedad con la frivolidad (light). La levedad es la capacidad de hacer que la versión de un hecho o la descripción de un personaje sean visualizados y comprendidos por quien recibe el mensaje. Incluso las metáforas y las imágenes figuradas pueden ayudar a comprender un hecho10.

La segunda cualidad es la Rapidez. Esta cualidad generalmente está ligada con la brevedad en el lenguaje. Cuando se relata solamente lo esencial de un hecho buscando economizar las palabras, se consigue contar mucho más que cuando se tienen demasiados datos. Sin embargo, refiriéndonos al periodismo digital, se trata más de una cualidad que no tiene que ver con ganarle a la realidad y sacar simultáneamente con los hechos una noticia – que sería más un asunto de velocidad física- , sino de la velocidad mental que hace posible que un hecho pueda ser interpretado, contextualizado, valorado. Éstas, aunque tradicionales, también pueden ser funciones que los lectores esperen con la misma prontitud de la información.

La Exactitud, Calvino la define en tres aspectos:

Un diseño de obra bien definido y bien calculado;

  1. La evocación de imágenes nítidas, incisivas, memorables;
  2. El lenguaje más preciso posible como léxico y como expresión de los matices del pensamiento y de la imaginación.

Quizás un lenguaje estandarizado y empobrecido que apele a fórmulas retóricas repetitivas no permita nada más que la inmediatez de la información sobre un hecho, pero si se quiere lograr un mínimo de recordación y comprensión es necesario que el periodista genere una nueva retórica. El usuario de los medios digitales quiere desplazarse de una información inicial a la profundización en los detalles, la relación con otros noticias similares, los antecedentes, el análisis, etc11.

El cuarto aspecto quizá sea en estos momentos el de mayor importancia en el periodismo digital: La Visibilidad. “Desde el momento en que empiezo a poner negro sobre blanco, la palabra escrita es lo que cuenta: primero como búsqueda del equivalente de la imagen visual, después como desarrollo coherente de la impostación estilística inicial, y poco a poco se adueña del terreno>>12. Esta cualidad parece estar desapareciendo en la llamada “civilización de la imagen”, sin embargo, está en las manos y sobre todo en el lenguaje de los periodistas la facultad para hacer que no se impongan las imágenes prefabricadas creadas por los medios como única forma de representación de la realidad. El usuario, así como no espera que decidan que información y que opiniones debe tener, también es posible que espere formarse sus propias e imaginarias imágenes.

Por último Calvino rescata la Multiplicidad como un valor para el próximo milenio (éste en el que nos encontramos). Lograr que lo particular y lo universal se integren- a imagen y semejanza del universo mismo- ha sido la mayor ambición humana a lo largo de la historia. Heredera de los grandes sistemas filosóficos, de la enciclopedia, de la novela, la Red no podía quedar exenta de una cualidad que ha estado presente en todas nuestras grandes realizaciones.

El paradigma por excelencia de esa posibilidad abierta de conocimiento y comprensión del mundo es el Hipertexto. Es la forma de escritura y lectura más parecida a lo que es el razonamiento humano: por asociación de ideas13. De nuevo allí se hace necesario un mediador que sea capaz de orientar en su búsqueda y a la vez potenciar hacia caminos diferentes al usuario. El periodista no puede determinar un único punto de llegada o un solo sentido para la lectura del relato. Es el usuario quién decide qué hacer frente a las opciones que se le presentan. Cerrar las opciones o limitarlas es por principio contrario a esa multiplicidad que permite el hipertexto.


Corolario

Como hemos visto, los medios digitales representan para el periodista retos y desafíos que en muchos casos no se resuelven con la adaptación de los medios tradicionales a los nuevos formatos. Por el contrario, el periodista consigue su lugar como comunicador en la sociedad de la información en la medida en que identifique cuáles deben ser sus funciones y se adapte a las nuevas circunstancias que plantea un medio atiborrado de información y datos. Las rutinas de información están siendo desplazadas por nuevas prácticas que exigen no sólo la actualización tecnológica sino el conocimiento sobre la responsabilidad ética con la sociedad y la defensa de los valores promovidos con la aparición de las nuevas tecnologías. El ciberperiodismo aparece como una actividad que obliga a la combinación de la inmediatez de los medios audiovisuales con la reflexión, responsabilidad y cuidado del lenguaje que caracterizó a la tradición periodística desde sus inicios. El desconocer alguno de estos dos aspectos podría llevar a la sustitución de la función mediadora del periodista por la comunicación automatizada de datos, dejándolo por fuera del intercambio comunicativo que se ha generado a partir de la Red. Conocer las reglas del juego es la primera condición para hacer parte de él
14


BIBLIOGRAFÍA GENERAL CONSULTADA:


BASCH, Reva.”Investigación en Internet “. Bogotá, Editorial Norma, 1998.

CALVINO, Italo. “Seis Propuestas Para el Próximo Milenio”. Madrid, Siruela, 1989.

DONADO, Donaldo. “Crónica Anacrónica”. Bogotá, Panamericana, 2003.

GARCIA GALLO, Bruno. “Periodistas digitales”.

http://www.edemocracia.com/biblioteca/eMedia/materiales/e-D-eMed-MAT-003.pdf

GIM, Quil. “Diseñando el periodista digital I” en www.saladeprensa.org/art89.htm.

GIM, Quil. “Diseñando el periodista digital II” en www.saladeprensa.org/art90.htm.

MARTINEZ ALBERTOS, José Luis. “Curso general de Redacción periodística”. Barcelona, Mitre, 1983.

MARTINEZ ALBERTOS, José Luis. “La comunicación periodística”.Madrid, Paraninfo, 1989.

NAVARRO, Lyzi. “Los periódicos on-line” en www.saladeprensa.org/art253.htm

ORIHUELA, José Luis. “Los 10 paradigmas de la e-comunicación” en http://mccd.udc.es/orihuela/paradigmas/

TREJO, Raúl. “Lenguaje y periodismo en el kiosko electrónico” en www.saladeprensa.org/art09.htm

CITAS:

1 "Hasta hace poco los periodistas eran "los que informaban", "los profesionales de la información". Pero con la aparición del medio digital estas afirmaciones -cuestionables ya de por sí- han perdido todo fundamento"(Gim, Quil. “Diseñando el periodista digital I” en www.saladeprensa.org/art89.htm).

2 "La noticia se convierte en mercancía: lo importante para un medio, que además es una empresa, es vender noticias. Cuantas más noticias tenga para vender el periodista, el medio, pues más mercancías tiene para consumir el lector". (Donaldo, Donado.Crónica anacrónica. Panamericana; 2003. Pág. 80)

3 Citado por Martínez Albertos, José Luis en Curso general de redacción periodística. Barcelona; Mitre, 1983. Pág. 396.

4 "La superabundancia de información característica de la era digital, revela la importancia estratégica de los medios como gestores sociales del conocimiento. El análisis profesional de la información y su transformación en conocimiento se convierte en el nuevo vector de la actividad mediática.Hoy la misión estratégica de los medios es la información sobre la información, la inteligencia, interpretación, filtrado y búsqueda efectiva de información, que deben comunicar bajo nuevas claves narrativas y mediante un amplio repertorio de soportes". ( Orihuela, José Luis. “Los 10 paradigmas de la e-comunicación” en http://mccd.udc.es/orihuela/paradigmas/

5 En la informática, al igual que en el periodismo digital, los costes de reproducción han cedido su relevancia a los costes de autoría. Por lo que posiblemente los lectores estén más dispuestos a pagar por los servicios de un autor que por los costes de distribución de su "copia". (Gil, Quim.Op. Cit.).

6 Esta nueva temporalidad mediática caracterizada por la velocidad y la obsesión de inmediatez, hace saltar por los aires -en muchas ocasiones- los mecanismos de control, verificación y contraste de fuentes, sacrificados en aras de llegar los primeros. Hoy, los medios corren más riesgo que nunca de ser manipulados, y se multiplican los casos de falsas noticias, a veces reconocidas en el transcurso de la misma emisión en la que se lanzaron al aire. (Orihuela, José Luis. Op. Cit.)

7 Martínez Albetos, José Luis. Op. Cit. Pág. 400

8 Manual de Redacción Ciberperiodística. Fotocopias. s.f. Pág. 50.

9 "Un mensaje semántico perfecto es aquel en el que no hay resquicio alguno para la ambigüedad, en el que los signos ocupan siempre y en cada momento el lugar que previamente les ha sido asignado. Si este mensaje perfecto equivale a que “cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre” (...) si esto fuera así, el periodismo estaría en trance de convertirse en instrumento para consolidar la vigencia de la neolengua, cuyo fin –según Orwell- es “limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente” (Martínez Albertos. Op. Cit. Pág. 402).

10 Contrario a lo que se piensa en los medios masivos, un alto porcentaje de lectores de ésta época prefiere los mensaje connotativos a los denotativos. De allí la amplia acogida que pueden tener títulos que desarrollan una metáfora moral como “El caballero de la armadura oxidada” o “La culpa la tiene la vaca”.

11 "En ese punto es interesante recuperar la noción de “narración duplicada” que cuente de modos distintos la misma información; así, dicho fenómeno no es absolutamente descartable ni negativo". (Manual de redacción Ciberperiodística. Op. Cit. Pág. 74)

12 Calvino, Italo. Seis propuestas para el próximo milenio. Siruela; Madrid, 1989. Pág. 106.

13 Manual de Ciberperiodismo. Op. Cit. Pág.74.

14 La forma de contar las noticias también experimentará cambios especto al periódico de papel, lo que establecerá un nuevo desafío para los periodistas. Rob Fixmer, director de CiberTimes, la edición electrónica del diario The New York Times, considera que la información en Internet exige que los periodistas ofrezcan al lector un viaje narrativo en tres dimensiones desde el que pueda, en cualquier punto de la historia, saltar a otro tren con rumbo desconocido. Fixmer no tiene dudas de que amoldarse a esta nueva forma de contar noticias es difícil para los periodistas tradicionales.” (Navarro Zamora, Liz. Los periódicos On-line en http://www.saladeprensa.org/art09.htm)