martes, agosto 22, 2006

Que el tiempo pasa?

Ahora comprendo que el paso del tiempo no existe. Esa noción es tan ilusoria como las imágenes con las que la identificamos. Mira esa fotografía: la mujer que ves allí sonriendo, montada en su bicicleta, ya no existe, es solo una imagen que tomaste y guardas en tu pensamiento como testimonio de un presente lejano. A eso le llamamos pasado, simple memoria, es decir, imagen, materia intangible que sólo existe como una construcción mental. Esta ciudad que veo ahora, esta calle, se puede parecer por un instante a la que conocí a mis 16 años o a mis 22, pero le sucede lo mismo que a un rostro conocido que te encuentras envejecido: ya no es lo mismo; yo tampoco soy el mismo que recuerda. Ambos, paisaje y espectador, hemos cambiado. Ahora solo tenemos el ahora. ¿Para qué añorar? ¿Para qué mantener el apego a eso que llamamos pasado, cuando sabemos que la única realidad existente es ésta en la que lo nombramos, es decir, la realidad presente? Sin embargo, no es de sorprenderse que apesar de tí y tu memoria el presente vuelva a ponerte de presente lo que creías olvidado, quizás para recordarte, ahora, que ni si quiera tú escoges lo que va a ser tu presente, que puedes haberte negado a resistido a vivir alguna experiencia, pero si la vida en su fluir considera que todavía te falta ese momento como lección, se encarga muy gentilmente de situarla ante ti como parte del ahora. En ese momento ya no te puedes resistir; solo te queda un camino si no quieres entrar en la amargura, aceptar ese momento y valorara lo que en esencia viene a mostarte. Incluso pregúntale: ¿por qué vienes amí en este instante? ¿qué tienes para enseñarme?